Extracción de muelas del juicio
La extracción de la muela del juicio es un procedimiento quirúrgico para extraer uno o más muelas del juicio. Las extracciones de muelas del juicio son un procedimiento seguro siempre que lo realiza un profesional muy muy formado como es el cirujano maxilofacial. Es necesaria una exploración oral y radiológica 3D precisa previa a la extracción para minimizar riesgos de la cirugía.
A veces se indica la exodoncia de las cuatro muelas del juicio en una única sesión. Si hace falta, se puede realizar sedación adicional a la anestesia local. El especialista más indicado para realizar esta cirugía es el Cirujano Maxilofacial.
En Maxilostetic todas las extracciones son hechas por cirujanos maxilofaciales con más de 10 años de experiencia. Una correcta extracción de la muela del juicio tiene que ser un procedimiento sin dolor. Las muelas del juicio a veces requieren un abordaje quirúrgico que implica hacer una incisión en el tejido de la encía y eliminar el hueso. En raras ocasiones ocurren complicaciones como: alveolitis seca dolorosa, infección en el alveolo o daño a los dientes vecinos, nervios o sinus paranasales.
Preparación para la cirugía
La extracción de una muela del juicio es un procedimiento ambulatorio. Esto quiere decir que te vas a casa el mismo día. Recibirá instrucciones del personal de la clínica dental sobre qué hacer antes de la cirugía y el día de la cirugía programada.
Tiene que preguntar al personal de la clínica dental estas preguntas:
¿Tendré que prever que alguien me lleve a casa después del procedimiento?
¿Cuando tengo que llegar a la clínica dental?
¿Tengo que evitar comer alimentos o beber líquidos o ambos (rápido)? Si es así, ¿cuando empiezo?
¿Puedo tomar los medicamentos recetados antes de la cirugía? Si es así, cuánto de tiempo antes de la cirugía puedo tomar una dosis?
Llevar todas las pruebas de imagen que se dispone.
Durante el procedimiento
El cirujano maxilofacial puede usar dos tipos de anestesia, dependiendo de la complejidad esperada de la extracción de la muela del juicio y de su comodidad. Las opciones incluyen:
- Anestesia local. El cirujano maxilofacial administrará anestesia local con una o más inyecciones próxima al lugar de cada extracción. Antes de recibir una inyección, es probable que su dentista o cirujano aplique una sustancia a sus encías para dormirlas un poco. Estará despierto durante la extracción de la muela. Aunque sentirá un poco de presión y movimiento, no tendría que sentir dolor.
- Anestesia local y sedación. Su anestesiólogo le administró la sedación a través de una vía intravenosa en el brazo. La anestesia sedando suprime su conciencia durante el procedimiento. No siente ningún dolor y tendrá una memoria limitada del procedimiento. También recibirá anestesia local para dormir las encías.
Durante la extracción de la muela del juicio, el cirujano maxilofacial:
1- Hace una incisión en las encías para exponer el diente y el hueso
2- Elimina el hueso que bloquea el acceso en la raíz del diente
3- Divide el diente en secciones así es más fácil de sacar
4- Extracción el diente
5- Limpieza el lugar del diente removido de cualquier residuo del diente o hueso
6- Sutura la herida para promover la cicatrización.
Después del procedimiento
Si recibe sedación, lo llevarán en una sala de recuperación después del procedimiento. Cuando se recupere de la cirugía, siga las instrucciones del cirujano sobre:
– Sangrado. Puede ser que se produzca un poco de sangre durante el primer día después de la extracción. Intenta evitar escupir porque no se desprenda el coágulo de sangre del alveolo. Sustituye la gasa sobre el lugar de extracción según las indicaciones del cirujano maxilofacial.
– El control del dolor. Es posible que pueda controlar el dolor con analgésicos como paracetamol y antiinflamatorios como el ibuprofeno. Obviamente, se prescribirá también un antibiótico como la amoxicilina. Sostener una compresa fría en la mandíbula también puede aligerar el dolor.
– Inflamación y hematomas. Utilice frío local (bolsa de guisantes congelados) durante las primeras 24h. Cualquier abultamiento de las mejillas en general mejora en dos o tres días. Los moratones pueden tardar varios días más a resolver.
– Actividad. Después de su cirugía, descanse el resto del día. Retome las actividades normales en el día siguiente, pero durante al menos una semana, evite la actividad extenuante que podría provocar la pérdida del coágulo de sangre del alveolo.
– Bebidas. Beber mucha agua después de la cirugía. No tome bebidas alcohólicas, con cafeína y carbonatadas o calientes en las primeras 24 horas. No beba con una pajita durante al menos una semana porque la acción de succión puede desalojar el coágulo de sangre del alveolo.
– Comer. Coma solo alimentos blandos, como yogur o puré, durante las primeras 24 horas. Empieza a comer alimentos semiblandos cuando los pueda tolerar. Evite los alimentos duros, calientes o picantes que puedan ser retenidos en el alveolo o irritar la herida.
– Higiene personal de la boca: No se cepille los dientes, ni se enjuague la boca durante las primeras 24 horas después de la cirugía. Aplique hielo de clorhexidina sobre la herida. En general, se le pedirá que retome el cepillado después de las primeras 24 horas. Sea particularmente cuidadoso cerca de la herida quirúrgica cuando se cepille.
– El consumo de tabaco. Si fuma, no lo haga durante al menos 72 horas después de la cirugía, y espere más tiempo si es posible. El uso de productos de tabaco después de la cirugía oral puede retrasar la curación y aumentar el riesgo de complicaciones.
– Puntos. Puede tener puntos de sutura que se disuelven en unas pocas semanas. Si sus puntos tienen que ser eliminados, programe una cita para que se los retiren.
Cuando hay que llamar al cirujano?
Llame a su cirujano maxilofacial si experimenta cualquier de los siguientes signos o síntomas, que podrían indicar una infección, lesión de los nervios u otra complicación grave:
- Apiñamiento dental
- Caries en dientes próximos a la muela del juicio
- Dificultad para tragar o respirar
- Sangrado excesivo
- Fiebre
- Dolor intenso no aliviado por medicamentos recetados para el dolor
- Abultamiento que empeora después de dos o tres días
- Entumecimiento persistente o pérdida de la sensibilidad
- Sangre o pus en la secreción nasal.