El cáncer oral representa aproximadamente el 3 o 4% de todos los cánceres del organismo. Tiene tendencia a la invasión de las zonas contiguas y también a la metastatización linfática a los ganglios del cuello. Se relaciona fundamentalmente con el tabaco y el consumo de alcohol, sobre todo si van unidos.
 
El diagnóstico del cáncer oral se establece fácilmente con la inspección y la palpación, puesto que toda la boca es accesible a un examen clínico de rutina. La lesión típica es una úlcera de evolución crónica, que no cura.
A pesar de esta facilidad diagnóstica encara muchas lesiones se diagnostican en estadios avanzados, después de varios meses de evolución. Sin embargo, el diagnóstico definitivo del cáncer se realiza con un estudio microscópico de la lesión, mediante la obtención de una pequeña muestra o biopsia.
 

El tratamiento del cáncer oral-facial, en los casos detectados de manera precoz puede ser tratado mediante una intervención. en pacientes más avanzados se hace necesario combinar cirugía, radioterapia y quimioterapia.
 

Hoy en día el porcentaje de curación es muy elevado, incluso en los peores casos, si se establece el tratamiento adecuado.